Hoy tenía que ir a Lyon con Providencia a saldar mis deudas con Falabella, como no estoy dispuesta a andar en Transantiago hasta que se vuelva más digna la cosa y como a mi auto se le acabó la batería, me puse mis zapatillas más cómodas, los audífonos, marqué aleatorio canciones y puse play. Lista para tomarme la calle. Es que cuando camino escuchando música me creo dueña de la ciudad, Santiago está a mis pies y si lo que suena es Ojos de Brujo cantando y aquí un poquillo de ji-jó flamenquillo me creo la bailaora mas guapa y si escucho el steel drum de Jane Says Santiago por un momento se convierte en una ciudad más agradable y pareciera ir caminando por alguna playa caribeña. El problema es que justo cuando se está terminando la canción paso por abajo de una construcción y me cae una lluvia de tierra... olvídate de la playa, estás en Santiago. En una esquina un poco más allá me encuentro con Jack Sparrow, pelo negro largo, un poco chascón, pañuelo rojo en la frente, bigote, barba, entero vestido de negro, de botas y abrigo, claro que de Johnny Depp no tenía nada. Cruzo la calle y me encuetro con las galerías llenas de librerías y peluquerías, no tengo apuro, asique entro a echar un vistazo, trato de acordarme de la librería que era mi favorita en la época escolar pero no logro acordarme. Beatriz: los picarones con chocolate siguen ahi jajajaja. La otra vez escuché por primera vez el nombre de Mircea Eliade y ahí estaban sus libros, varios, me tenté con uno del chamanismo, el mismo que alguna vez nos recomendó un profesor chamánico que tenía en la universidad, pero la librería estaba cerrada. Me acordé que la otra vez un profesor nos dijo que teníamos que leer Madame Bovary, que no podíamos ser gestores culturales sin leernos ese libro y como ando engrupida con los estudios, me lo compré. Mejor salgo de ahí, mucha tentación. Ya llegando a mi destino me encuentro con el Drugstore y se me vienen a la mente los lindos bolsos de Pez, sigo a mi instinto consumista y salgo con un bolso y una billetera nueva. Pobrecita, como no tiene bolsos... la billetera sí la necesitaba, la mía ya estaba rota y me tenía un poco aburrida su esceso de pink, además con el bolso nuevo le encuentro uso a chapitas marceloide. Entro a Falabella por la sección de perfumes y demases, los ojos se me van para Biotherm, pero esta vez no! a la caja y chao.

Camino de vuelta a mi casa, me encuentro con un amigo. No sé si realmente esta ciudad es muy chica o tenemos demasiados lugares comunes con la gente que conozco, ya que siempre me encuentro con alguien, donde sea que vaya... y no creo conocer a tanta gente. Paso por el Centro Cultural de España y me entero del ciclo Musica y Compromiso, varias cosas interesantes y gratis, me voy con un afiche en la mano.
Hace tiempo que no salía caminando por esos lados, la ciudad se ve distinta, creo que dejaré a Shanty sin batería por un rato, además ya no me queda plata jajajaja

las nuevas adquisiciones